martes, 8 de octubre de 2019

La paz y el silencio en el encuentro con uno mismo.

La civilización del ruido hace que los seres humanos hagamos evasión de nuestra propia y más interna realidad. El ruido es todo lo contrario al silencio, la paz, el sosiego y la tranquilidad, elementos que son fundamentales para encontrarnos a nosotros mismos.

A veces preferimos escuchar música en un volumen estridente, o hablar desenfrenadamente sin rumbo fijo, que escuchar los sonidos de la naturaleza: el relajante movimiento de las olas del mar, el paso del viento a través de las montañas, el hermoso canto de las aves.

No sin razón Giovanni Montini (antes de convertirse en el Papa Pablo VI) estando en Milán, dijo esta hermosa frase que más bien parece un poema: 

"Rezaré pidiendo que el estrépito de las máquinas
se convierta en música,
y que el humo de las chimeneas de las fábricas
pueda ser incienso".
No debemos tener miedo de entrar de vez en cuando dentro de nosotros mismos ( en nuestro "templo interior"),  y así sabremos enfrentar nuestras más "verdaderas" realidades.

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